Hoy me llegaron unas fotos que mandé a imprimir. Me llenó de calma verlas y acomodarlas en el álbum. Sentirlas entre las manos y no en la pantalla me ayudó a recordar que existe un tiempo fuera del covid.
Curiosamente, tengo muchas imágenes de las semanas en pandemia, por lo que noté que incluso en el fin del mundo, logramos darle a Elián instantes de felicidad.
Suelo pensar en la pandemia como si fuera una pausa, un paréntesis largo. Pero no. Nuestra vida sigue llenándose de recuerdos, unos dolorosos y otras tan bellos que decidimos pasar a papel.
El 20 por ciento de la vida de Elián ha sido en un mundo “covid”. Él recordará estos instantes, que además, harán eco toda su vida. Ahora tengo estas fotos para recordarle que vivimos antes y durante la pandemia y que encontramos huequitos de felicidad entre las sirenas que son el telón de fondo de estos meses.
(Los paréntesis son los que depositamos en la memoria corporal o extendida y que en días como hoy, nos ayudan a respirar de nuevo).